Si atendemos a los datos que se publican, estamos batiendo records en precios y en ventas en nuestra principal y única industria, la turística, y nos encontramos en plena recuperación post pandemia. Hemos cerrado un gran año 2023 con cifras positivas y con índices de ocupación que al encontrarse por encima del 90% puede considerarse que hemos llenado nuestro destino. Los precios de los alojamientos han ido en incremento, al igual que el precio del ticket medio en empresas de ocio,restauración, etc. El crecimiento es bueno pero una lectura errónea de ese crecimiento es hacernos trampas al solitario ya que en términos de precios hemos aumentado y en términos de ventas también, pero la inflación y el incremento de los costes se ha comido parte de ese crecimiento en términos reales. El costo de vida y de hacer negocios en Canarias se ha disparado, la recuperación no es tan brillante ya que solo estamos pendientes del crecimiento nominal que es el que se empeñan en vendernos desde la clase política.
Recientemente nos indicaba un hotelero que tiene más de veinte habitaciones de su instalación cerradas por carecer de personal para atenderlas, y un restaurador nos contaba que se ve obligado a poner en parte de sus mesas el cartel de reservado o restringir el horario de apertura de su establecimiento por la misma razón. Aunque no existe un dato general del absentismo laboral en Canarias podemos afirmar que la media está en torno al 9% pero hay empresas en las que supera 15%, eso es insostenible para las empresas, y para el sistema ya que según informe de AMAT el absentismo laboral por enfermedades comunes y accidentes no laborales creció un 27% en 2023 en relación con el 2022, aproximándose a los 1.180 millones euros en las Islas Canarias el gasto directo en prestaciones económicas de la Seguridad Social y el coste directo para las empresas. De absentismo y productividad en la administración pública mejor no hablamos.
Recientemente el CEST ha propuesto la apertura urgente de una mesa de trabajo integrada por la representación empresarial, sindical, administración y las mutuas que están llamadas a colaborar con la administración en la gestion del absentismo.
Nos encontramos ante una situación en la que puede que nuestro despegue económico tenga que abortar, hay menor eficiencia y productividad ya que las empresas tienen que movilizar más recursos, tiempo, dinero, personal a lidiar con los incrementos de costes y con el absentismo, lo que disminuye el tiempo y los recursos disponible para la innovación y la mejora de los procesos.
Los trabajadores de nuestro principal sector servicios enactivo disminuyen, los salarios de convenio no cubren las expectativas de vida. La renta canaria continua disminuyendo y la previsión es que pueda colocarse en un tercio de la renta media de la E.U. Nuestra situación social y económica retrocede a niveles de los años 80 del siglo pasado. Si ahora descendiéramos en el número de turistas esto tendría un efecto devastador en nuestra menguada economía así que estamos en una terrible disyuntiva.
Es lo que tenemos en Canarias, el problema es que nuestra economía ha ido perdiendo el pulso de los otros sectores y por ello el turismo se ha quedado como único sector para la creación de empleo, como industria de servicio puede crear mucho empleo directo e indirecto, pero el valor productivo de este tipo de empleo y su capacidad para mejorar salarios es limitada si no hay una transformación de la fuerza laboral. El turismo trae divisas forma parte del sector exportador ya que exporta experiencias, los ingresos de fuentes externas que generan un efecto directo en la economía local con un efecto multiplicador. Los turistas extranjeros dejaron en Canarias 14.500 millones de euros.
En Canarias el turismo es más del 35% % del PIB y supone el 40% del empleo lo que supone 345.000 canarios, por tanto es esencial que la industria turística se le preste la atención necesaria, el turismo es esencial.
Ante esta situación la decisión está clara, nuestra apuesta por el sector turístico debe ser firme y decidida porque es lo que tenemos ya, lo que puede sacarnos de esta situación a corto plazo pero, ¿de qué manera?
Es muy importante incorporar los avances tecnológicos en el sector que a pesar de su buena marcha y que aparentemente tenga tan buenas cifras. El cliente ha cambiado y nadie parece tenerlo previsto, realmente no hay transformación digital en el sector aun, no estamos aun incorporando nuevos modelos de negocio gracias a la transformación digital. Que estamos haciendo para nuestros clientes del futuro ¿??? Un turista más exigente que exige mayor control de su actividad y ese control tiene que estar en su mano. Que estamos haciendo para los clientes a cinco años vista? Hay alguna estrategia para esos clientes que hoy tienen una edad pero que en breve se incorporan al mercado como clientes? Quien será nuestro nuevo cliente en cinco años? Donde estará?
Ya hay países avanzando en esa línea creando empleos distintos, con mejor cualificación, valor añadido y remuneración. Hay que conectar nuestra enseñanza con las empresas, bajo un estímulo público que debe limitarse a generar esa conexión.
Nuestros competidores están creciendo y la batalla por el turismo europeo se está librando y para esto debemos innovar ser disruptivos, el mundo está cambiando tan rápido que a pesar de esta haciendo las cosas bien en Canarias, cabe la posibilidad de que nuestros competidores lo estén haciendo mejor, la ventaja que hoy disfrutamos puede ser reemplazada por tendencias o herramientas que cualquier competidor adquiera.
Los fondos next generation no están sirviendo a su fin ya que solo una pequeña cantidad está llegando a la modernización del turismo que es nuestra industria clave. Modernizar nuestra economía significa incorporar tecnología y cambio cultural en los motores económicos que ya tenemos, nuestra industria turística.
Hay que evolucionar el negocio continuar “la transformación” que es parte del ADN del negocio turístico, tenemos que incorporar de manera urgente la variable DIGITAL.
