El Círculo de Empresarios y Profesionales del Sur de Tenerife (CEST) estudia posibles acciones jurídicas que permitan al sector de la hostelería y la restauración continuar trabajando, tras el decreto que hizo que la Isla entrara en el nivel 3 de alerta sanitaria. El carácter cautelar del auto del Tribunal Superior de Justicia de Canarias lleva a esta asociación empresarial a buscar fórmulas que permitan a estos establecimientos mantener su actividad para asegurar su supervivencia.
El presidente del CEST, Roberto Ucelay, considera excesivo el decreto que el Gobierno de Canarias publicó la semana pasada y califica de “injustas” las medidas aplicadas especialmente al sector de la hostelería. “Primero porque cierra interiores sin justificación científica y segundo porque reduce los aforos, cuando ya se había consensuado con el Gobierno el distanciamiento social de un metro y medio o dos metros entre las sillas”, explica.
También denuncia la decisión de reducir los horarios de apertura sin que haya datos objetivos que respalden esta decisión: “Los distintos portavoces del Comité Científico que asesora al Ejecutivo han comunicado en diferentes ocasiones que modificar los horarios de la hostelería, obligando a cerrar a las once, a las doce o a las diez de la noche, no afecta en nada a la situación epidemiológica”.
Desde el CEST, reivindican la colaboración de los ayuntamientos, a través de las policías locales, para evitar las prácticas que afectan realmente a la evolución de la pandemia, como los botellones, el ocio nocturno ilegal o las reuniones con más personas de las autorizadas en el ámbito privado. También piden un mayor control y sanciones a los establecimientos que no cumplen, que representan menos del 10% de la totalidad. “No deben pagar justos por pecadores”, señala Ucelay.
“La hostelería no es el problema, es la solución. Tener a los usuarios en lugares controlados, cumpliendo el distanciamiento social, con mascarillas en los tránsitos y, evidentemente, sentados es la mejor forma de evitar malas prácticas en entornos privados”, asegura el presidente del Círculo de Empresarios. Propone, además, un ocio nocturno con mayor control en el acceso y con vigilantes de seguridad que recuerden permanentemente a los clientes las normas del establecimiento.
“Este es el objetivo principal que tiene el sector: trabajar con normas que permitan, disfrutar con control, y en segundo lugar, un mayor compromiso del cliente para poder trabajar de forma correcta”, recalca.